jueves, 18 de noviembre de 2010

El proceso de tomar decisiones y Genesis

En la clase se explico basicamente lo que se iba a trabajar estas ultimas semanas, se hablo de la pelicula, y el proyecto



Ciclo Vital e identidad ocupacional

La experiencia de ida de una persona (adolecente, joven, adulto) está conformada por una secuencia de sucesos de diversa índole que estructuran su “ciclo vital”. Tales acontecimientos son, en general, particulares de una cultura y proveen las bases para asignar roles y recursos en todas las sociedades, cualquiera que sea su organización político social. Es factible referirse a distintas categorías de sucesos:
a.        Relacionados con la edad cronológica.
b.      Relacionados con el momento socio-histórico.
c.       Relaciones con las circunstancias personales de vida.
Para Erikson (1979) el concepto de identidad debe ser comprendido en las dimensiones psicológica y social; se logra a partir de una unificación singular entre:
1.       Componentes “dados”: temperamento, talento.
2.       Opciones “ofrecidas”: la disponibilidad de roles (hijo, alumno, amigo, hermano).
Para este autor la identidad es tanto un estado del ser como del devenir, del que se puede tener un alto grado de conciencia, al mismo tiempo que sus componentes motivacionales remiten al nivel de lo inconsciente y están bloqueados por la dinámica del conflicto.
La identidad es característica de un periodo o etapa determinado por el desarrollo humano y no puede plantearse con anterioridad porque deben estar dadas las precondiciones somáticas, cognitivas y sociales.
Para que una persona pueda elaborar  “su proyecto de vida” deben existir tres tipos de variantes:
  1. La coherencia personal de la integración individual;
  2. Las imágenes rectoras o ideologías de una época determinada;
  3. Una historia de vida en función de una realidad sociohistorica.
Los sujetos humanos ejercemos distintos roles en relación con distintos lugares que ocupamos en función de nuestra ubicación en el sistema de relaciones interpersonales del que formamos parte: hijo, padre, alumno, empleado, amiga, vecina, jefe, madre, abuela. El logro de la identidad  supone la autopercepcion constante frente a situaciones de cambio, la integración yoica de comportamientos y sentimientos diversos en relación con esos distintos roles que nos toca jugar.
Un proyecto de vida da cuenta de la posibilidad de “anticipar una situación”, generalmente planteada en expresiones como “yo quiera ser” o “yo quisiera hacer”.

La construcción o elaboración de un proyecto de vida forma parte del proceso de maduración afectiva e intelectual y, como tal, supone “aprender a crecer”.
Asi como Fromm (1962) hace referencia al “arte de amar”, es posible hablar de un “arte de crecer”, que supone a la posibilidad para cada sujeto de complementar cuatro tareas básicas:
  1. Ser capaz de orientar sus acciones en función de determinados valores. Vivir es esencialmente una empresa ética.
  2. Aprender a actuar con responsabilidad
  3. Desarrollar actitudes de respeto
  4. Un proyecto de vida debe estar basado en el conocimiento y la información.
La posibilidad de analizar los aspectos sanos y patológicos del “proyecto de vida” de un sujeto integra la dimensión clínica de los procesos de orientación y asesoramiento psicológico en el campo de las decisiones vocacionales.

Las tareas de orientación y asesoramiento psicológico en el área específica de las demandas vocacionales tienen como objeto central ayudar a quienes las forman o las necesitan a resolver problemas

Las dos vías comunes a través de las cuales los sujetos se vinculan al profesional dedicado a la orientación vocacional:
- demanda espontánea,
- demanda por derivación, recomendación, o sugerencia de terceros.
La mayor parte de los problemas que los sujetos traen son de naturaleza interpersonal. El proceso orientador es un hecho psicosocial, en la medida que los orientadores establecen una vasta gama de interacciones sociales en función del marco de un sistema comunicacional.

Los planteos más frecuentes se formulan en términos de:
- Dudas respecto de continuar o iniciar estudios sistemáticos.
- Ambivalencias respecto de optar por una vía de varias alternativas.
- Incongruencia conceptual relacionada con aspiraciones que se perciben como antagónicas.
- Inseguridad respecto de la probabilidad de poder superar obstáculos como barreras que dificultan el logro de metas deseadas.
- Ausencia total de metas o proyectos en un determinado momento del proceso vital.
Frente a cada una de estas situaciones, la orientación tiene como objetivo posibilitar que el sujeto pueda tomar una decisión basada en la mayor cantidad de información disponible sobre:
1. EL propio sujeto: intereses, autoconcepto, actitudes, etc.,
2. La realidad sociocultural: creencias, acceso a la educación y fuentes de trabajo, etc.
3. Las relaciones sujeto/ realidad socio-cultural.
Los seres humanos dependen de símbolos con significaciones culturales para concretar sus conductas, pueden adaptarse a las situaciones más diversas pero no al caos, entendido por tal los conjuntos de hechos y situaciones sobre los que les faltan datos con los cuales otorgarles significado.

Las situaciones caóticas o confusas constituyen una amenaza para el hombre pues lo ubica en:
- los límites de su capacidad analítica,
- los límites de su resistencia,
- los límites de su visión moral.
De ello se desprende la importancia a la obtención, comprensión, y extrapolación de información como un papel central en el proceso de la toma de decisiones que toda orientación vacacional implica.

Toma de decisiones:
Si el proceso de orientación y asesoramiento ocupacional es un conjunto de tareas tendientes a facilitar que los sujetos en él involucrados puedan optar y resolver situaciones problemáticas, es necesario un análisis de los componentes en la toma de decisiones. La resolución de problemas y la toma de decisiones han sido caracterizadas como procesos complejos en los cuales los individuos identifican y evalúan cursos de acción alternativos y eligen la implementación de uno de ellos (Horan, 1979).

Jepen y Diley (1974) proponen un modelo para el análisis de la toma de decisiones implica:
- se asume que hay alguien que debe decidir,
- esa acción supone una situación de decisión,
- se opera con información relevante referida al propio sujeto y a su ecosistema,
- la información se ordena en distintos conceptos de acuerdo con la función a la que supuestamente sirve,
- debe haber dos o más acciones alternativas posibles,
- diferentes logros o consecuencias se anticipan en relación con tales acciones,
- cada consecuencia tiene dos características: probabilidad de ocurrencia futura; y una referencia valorativa para quién tiene que decidir,
- la información se acomoda según distintas estrategias,
- es importante el sentido de compromiso con la acción.
Las estrategias que se ponen en juego en toda toma de decisiones pueden observarse en los denominados estilos de decisión, con ello se hace referencia a maneras únicas, propias, en las que cada individuo aborda, responde y se comporta en una situación en la que debe decidirse.

Harren (1979) distingue tres tipos de estilos básicos que desempeñan un rol fundamental en las diferencias individuales frente a situaciones semejantes:
1. Racional.
2. Intuitivo.
3. Dependiente.

Los individuos que se autoperciben como “revolvedores” de problemas revelan:
- confianza en las habilidades personales,
- tendencia a afrontar situaciones problemáticas,
- autocontrol.

Toda decisión puede ser descrita sobre la base de cuatro elementos:
1. Objetivos.
2. Elecciones
3. Logros.
4. Atributos.
Los profesionales que trabajan en orientación ocupacional sostienen que la habilidad para tomar una decisión sana es importante; el desafío es saber si quien consulta ha logrado desarrollarla. Tal habilidad incluye la capacidad para:
- Buscar y obtener información.
- Plantear el rango de alternativas.
- Conocer las alternativas.
- Formular las opciones en términos racionales y consistentes.

La información es vital en el proceso de toma de decisiones y la misma lleva un proceso:
- Búsqueda de información.
- La comprensión de la información.
- El recuerdo de la información.
- El uso de la información.
En la formulación de inferencias, se entiende por inferir, el proceso mediante el cual se colecta y combina información a efectos de formular un juicio (Fiske, Taylor, 1984). Heppner y Frazier (1992) formulan algunas recomendaciones al respecto:
- Es necesario prestar más atención a los procesos u estructuras cognitivas a fin de evaluar la eficacia de las distintas estrategias de intervención que se concretan en la práctica profesional.
- Se necesita investigar el proceso de modificación de los “autoesquemas”, así como la reducción de sesgos en el manejo de información, dentro del contexto de un tratamiento terapéutico a un proceso de asesoramiento psicológico.
- Es conveniente evaluar el rol que cumplen los factores ambientales en el mantenimiento de las autopercepciones.
- Lograr cambios relevantes en la estructura de los procesos cognitivos de quienes solicitan el asesoramiento o la orientación psicológica.
- Los profesionales comprometidos en tareas de orientación ocupacional debemos reconocer que no somos inmunes a formular inferencias basadas en un procesamiento sesgado de la información sobre la base de la cual operamos.


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